El Ballet Folclórico Tierra de Mil Colores y la dura tarea de hacer cultura



Reynaldo Plaza Melo es el fundador y director del Ballet Folclórico Tierra de Mil Colores, una empresa cultural dedicada a la formación de jóvenes en danza folclórica y ballet.

Su foco son los estudiantes del colegio Pedro Antonio Molina del barrio San Luis, nororiente de Cali, comunidad de estratos 1 y 2. El Ballet Folclórico lleva siete años de trabajo y ha incidido en la formación de más de 150 bailarines de los barrios Chiminangos y San Luis.

Si bien no es guacariceño de cuna, es hijo de Diva Melo, una profesora nacida en Guacarí, y gracias a ella ha tenido contacto con el municipio y su cultura desde pequeño. De allí el amor que siente por la danza.

Hablé con él sobre lo difícil de hacer empresa en las industrias culturales, sobre la pasión por el arte y sobre el estado del Festival Latinoaméricano de Danzas. Tómese un tinto y lea sus respuestas.



¿Qué te lleva a tomar el paso de fundar un Ballet Folclórico?

El amor a la danza y a la institución donde estoy porque soy egresado.


¿Por qué fundar un grupo de danzas en este punto de Cali, y no de teatro, música o cualquier otra cosa?


El colegio no tenía grupo de danzas, empezando por allí. Me gustaba la música pero desde niño me he dedicado a la danza, así que me fui por allí porque esto es lo mío, esta es mi salsa como se dice.


¿Cuánto dinero tenías cuando empezaste?

Nada. Ni un peso.


¿Y sirvió de algo tu formación para fundar el Ballet?

Sí, fui bailarín de una compañía por cuatro años, además siempre he dicho que el Festival Folclórico de Danzas de Guacarí y el Festival de Ballet de Cali, influyeron mucho en mí y en lo que quería hacer.

¿Para todo este proceso has necesitado de préstamos, un socio o alguien que te ayude?
Me ha tocado pedir préstamos para los viajes que hemos tenido al exterior, entre dos y cinco millones de pesos por cada viaje. Mi mejor amigo me ayuda con la dirección, pero no tengo socios, todo se basa en la ayuda que me dan padres de familia y los estudiantes.

¿Cuáles han sido los grandes logros de estos siete años de trabajo?
Viajar muy rápido al exterior para mostrar nuestro trabajo. En nuestro segundo año viajamos al mejor festival de danzas del Perú, en la ciudad de Arequipa. También hemos logrado participar en varios festivales de diferentes ciudades del país. Pero más que viajar, he logrado que varios de mis bailarines se alejen de problemas relacionados con la drogadicción a través de la danza. He logrado que para ellos esto se convierta en un proyecto de vida.


¿Algunos de tus bailarines han logrado encontrar en la danza una alternativa laboral?
En este momento varios de ellos están buscando la posibilidad de engancharse como bailarines en shows de hoteles, yo los estoy ayudando en esta búsqueda, para que puedan conseguir una alternativa económica.



¿Has sentido la presión familiar de tener un trabajo de oficina?

Al principio sí, me decían que de la danza no se vive, pero a través de los años he demostrado que sí porque logré que me nombrara la Institución como docente de danza, más mi trabajo con la Fundación. La danza cambia la forma de vivir de las personas, física, emocional.

¿Cómo lograste sostenerte mientras arrancaba la empresa?

La paciencia de mi mamá y mi pareja, fueron un apoyo constante.

¿Cuáles son esos obstáculos con los que te has encontrado?

No puedo negar que me he topado con personas que han querido impedir que el Ballet deje de funcionar, pero no me he dejado y poco a poco he incorporado más personas que participan del proceso.

La Secretaría de Cultura durante la administración de Jorge Iván Ospina nos apoyó con la prestación de espacios para diversas actividades que nos ayudaron a financiarlos. La actual Secretaría nos brindó una ayuda, pero es muy difícil conseguirla, me parece que ha sido de los peores manejos culturales que le han dado a la cultura de Cali.


¿Crees que podrías lograr que el Ballet se constituya en una empresa cultural rentable, tal vez en algo como en lo que se convirtió Delirio?

Este año tenemos un proyecto de adecuar un espacio físico que está en desuso, en ese espacio guardan todo lo que no sirve en la Institución. Allí quiero construir un teatro que sirva de escenario no sólo para el Ballet, sino un lugar donde se pueda ofrecer eventos musicales, teatrales y demás.

¿Hacen falta más empresas culturales como la tuya en Cali?

Sabía de la existencia de Industrias Culturales, pero no suenan en ningún lado. Está Delirio que tiene bastante apoyo de la empresa privada. Pero el gremio de la salsa es muy unido, cosa que no ocurre en el gremio de la danza, por eso no ha resultado un proyecto como ese.

¿Y si te gustan empresas como esas, por qué no las has realizado?

A título personal creo que este año es el año. Ya estoy trabajando en este proyecto de un teatro café donde quiero materializar ese sueño de tener un espectáculo de artes y que los asistentes además puedan disfrutar de un café o comidas.

¿Cuáles han sido los principios básicos para tener un ballet por siete años?

Disciplina, ensayamos cada ocho días. Y organización, al inicio de año realizamos un cronograma con todas las actividades anuales y así programamos las actividades necesarias para recoger fondos para un viaje o realizar vestuarios.

Con tu ballet has participado varias veces en el Festival Latinoamericano de Danzas Folclóricas de Guacarí, ¿qué opinas del panorama actual del evento?

Considero que el festival año tras año está llegando a su final, ya que es poca la afluencia de público, pues recuerdo como se llenaba el parque años atrás. También ha influenciado la poca fuerza que le imprime el Municipio a este evento, pues son más importantes las ferias que el festival, que fue el que le dio el realce a Guacarí.

¿Entonces qué le falta al Festival para volver a ser lo que fue?

Se debe hacer una mayor inversión económica para así trasladar a las agrupaciones a un mejor espacio, ya que el utilizado en la actualidad esta en condiciones feas y desagradables.

Mejor aún se puede mejorar la infraestructura del sitio, pintándolo, mejorando las instalaciones sanitarias, las duchas hacerlas por cubículos, ya que la alimentación ha sido la adecuada, de ella no se puede uno quejar.

En cuanto a escenario e iluminación está bien, pero sería estupendo recuperar la tarima de antes o volverla a diseñar y realizar, por los mismos guacariceños, esto los incluirá y le dará más sentido de pertenencia.

Realizar una convocatoria con tiempo a las agrupaciones internacionales, y darles el apoyo económico desde las fronteras Colombia - Ecuador, Colombia - Venezuela. En caso de llegar a Bogotá el transporte ida y regreso, esto sería de gran ayuda y así se tendría una mejor afluencia de grupos participantes, ya que es un sugerencia, que uno como director realiza cuando se participa de un evento.

Desde tu experiencia, ¿cuál es el principal problema del Festival?

El principal problema es el poco dinero que invierten en el festival, ya que como lo mencioné anteriormente, los grupos no participan porque no hay apoyo económico en canto al desplazamiento, y no sólo los internacionales sino los nacionales y este factor también afecta la acomodación de los grupos entre otros.

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