Ciudad Delirio, la otra postal de Cali

Sin duda es una película divertida. La ves y empiezas a cantar; también te dan ganas de bailar. En momentos piensas: ¡no, eso jamás pasa en Cali! Pero en general es una postal turística sobre una Cali positiva.

Proyección de Ciudad Delirio durante el FICCI en el Centro de Convenciones de Cartagena

Es el romance de un español con una caleña, la cual dirige una escuela de salsa, vive en un barrio popular y sueña con bailar en Delirio, el famosísimo y aplaudido show de salsa que no necesita presentación.

Es una comedia romántica, de estructura narrativa típica, con mucha música entre escena y escena, y con un montaje clásico del cine comercial. Así que usted, amigo de ojo educado, no la vea con tantas pretensiones, porque si Ciudad Delirio fuera grabada en Hollywood sería protagonizada por Jennifer Aniston como Rachel Berry o Jennifer Aniston como Rachel Berry en Mi Novia Polly. Sin embargo es una película muy divertida.

Escapa al cine narco, escapa a la pornomiseria y usa la caleñidad pero no abusa de ella como en las telenovelas. No hay planos de Cristo Rey, ni de Sebastián de Belalcazar, ni de las Tres Cruces, ni del Gato de Tejada y eso ya es un buen síntoma. Recuerdo un plano panorámico leal, tal cual como ves a la ciudad desde San Antonio. También ves el MÍO, parte de La Ermita y la fachada del Teatro Municipal.

Pero pese a que no es en lo que la producción hace énfasis, Ciudad Delirio sí te deja ver  lo difícil que es bailar en una ciudad donde la mayoría sabe hacerlo y donde pareciera que se vive de ello.

La película pone en pantalla que los bailarines de las escuelas de salsa viven en esa Cali escondida detrás de la típica postal turística, que buscan dinero ahorrando, haciendo acrobacias en los semáforos, vendiendo comida, animando fiestas y pidiendo la plata prestada, para lograr fabricar sus vestuarios y hacer sus presentaciones.

Esos que son aplaudidos en el Salsódromo de la Feria, han aprendido a bailar salsa a pulso en los barrios populares y con el mismo pulso siguen convirtiendo a Cali en esa ciudad por la que todos sacamos pecho.

Los bailarines ensayan en la sala de su casa porque aquí aún no se hace realidad el prometido bailódromo. En la alcaldía de Jorge Iván Ospina se anunció que las antiguas bodegas de la Licorera del Valle sería una Ciudad Salsa, para que allí se ensayara y se impulsara la salsa como industria cultural, pero en estas  bodegas sólo baila la maleza. Aquí todavía no hay una política clara que reconozca lo profesional de ser bailarín, les dé un subsidio o haga que la creación de empresas culturales sea un camino más fácil de transitar.

Y ese obstáculo no es  único de los bailarines de salsa. También le pasa a los bailarines de danzas folclóricas tradicionales, a los de ballet, a los de contemporáneo, a los de tango. A los que usted sólo ve en el Festival Mercedes Montaño o en el desfile del Cali Viejo. Ellos también han aprobado todos los desafíos para mostrar que el corazón les bombea talento.

Por eso hay que ver Ciudad Delirio. Yo sé que usted se va a reir y también va a cantar ‘Ah ah, Oh no’ y ‘Nuestro Sueño’, pero también va a salir a valorar a todos esos bailarines caleños de pelo tinturado en colores fosforescentes, de atuendos brillantes y lentejuelas, esos que atraen a tantos extranjeros y que siempre sacan la cara por Cali.


Sólo cuando usted los valore podremos exigirles a nuestras autoridades mucho más que aplausos.

Ciudad Delirio inauguró el Festival de Cine de Cartagena 
y contó con una asistencia masiva en su proyección gratuita
 a las afueras del Centro de Convenciones.

Se estrena en salas de cine el 11 de abril




Lunares

Los puntos negros fueron algunas escenas exageradas que sólo caben en el género de la comedia y en la mirada de una directora extranjera: en Cali no pasa que usted va caminando por la Calle Quinta a la madrugada, le pone la mano a una Chiva Rumbera (tal cual como a un taxi), esta le para y usted vive la rumba de su vida. 

También es un extranjerismo que después de estar de rumba en Siboney (que queda en Menga, en la vía que conduce al municipio de Yumbo y para ser más claro, a las afueras de Cali)  usted escoja el motel Kiss Me (una de las edificaciones más pintorescas y rimbombates de la ciudad) que  queda a unos cuántos kilómetros de Menga, sólo para ir a dormir.

Aunque se lo difícil que es hacer cine en este país y aplaudo el trabajo de los productores al conseguir tanto apoyo de la empresa privada para  esta película,  algunas escenas con los productos de los patrocinadores terminaron resultando forzadas y tipo pauta.

Por último, me parece fatal el estilo de Bollywood que le imprimieron a la película, fue  tan exagerado como tomar un jugo cargado de azúcar. 

xxxx


Share this:

ABOUT THE AUTHOR

Hello We are OddThemes, Our name came from the fact that we are UNIQUE. We specialize in designing premium looking fully customizable highly responsive blogger templates. We at OddThemes do carry a philosophy that: Nothing Is Impossible

0 comentarios:

Publicar un comentario